BAUDELAIRE



MODELO DE ANÁLISIS DEL POEMA “CORRESPONDENCIAS”.

Este poema es fundamental porque desarrolla uno de los temas esenciales de la poesía de Baudelaire: el simbolismo. La realidad son “bosques de símbolos” o “difusos ecos” “que con mirada familiar le observan.”

Los elementos de la naturaleza aluden a una realidad simbólica que está más allá de la realidad observable: “poseen algo de las cosas infinitas/ que cantan los arrebatos del alma y los sentidos”.

A esa realidad oculta y escondida se accede a través del instinto y la intuición (subconsciente) y a través de los sentidos, de ahí que la sinestesia sea otro de los recursos fundamentales de la poesía de Baudelaire: “Hay perfumes con frescor de cuerpo de niños” (el perfume se capta por el olfato y el cuerpo de los niños por la vista o el tacto); “con suavidad (tacto) de oboe (música-oído) y verde de pradera (vista)”.

La última estrofa precisamente ensalza mezclas de olores (ámbar, almizcle, incienso) porque a través de los sentidos, principalmente en estos versos del olfato, se captan esas “cosas infinitas” que esconde la realidad y que “cantan los arrebatos del alma”.

En este poema se habla de la voz poética: la poesía surge de la Naturaleza “en donde a veces brotan palabras confusas” y los protagonistas del poema van a ser precisamente esos elementos de la Naturaleza que reflejan las realidades ocultas que se encuentran más allá de los sentidos.


LOS TEMAS DE LA POESÍA DE BAUDELAIRE EN LAS FLORES DEL MAL

Como temas generales de la poesía de Baudelaire podemos destacar los siguientes, que rebelan su filiación romántica (es decir, derivan de las tendencias de un Romanticismo tardío):
-Celebración del mal y su belleza (se relaciona con el concepto de sublime. Habrá abundancia de elementos satánicos, fuerzas ocultas, vampiros...).
-Recurrencia del tema del spleen o aburrimiento vital (hastío vital y abulia existencial que ya vimos a propósito del Romanticismo). No encuentra ninguna satisfacción en un mundo que lo margina y del que se margina.
-Los sentidos, el instinto y la intuición subconsciente se enfrentan a la razón y lo racional. Ensalzará, por tanto, todo lo referente a los sentidos y se servirá del recurso de la sinestesia.
-Destacará en muchos de sus poemas en concepto de “correspondencia” (como desarrolla en el poema que hemos comentado arriba). Un modo de simbolismo basado en la dualidad de fuerzas materiales y espirituales (es decir, la realidad es dual: a la materia que se aprecia con los sentidos se corresponde una realidad espiritual oculta que el poeta debe descubrir).
-Amor extremo. La mujer, su belleza (en algunas ocasiones asociada su belleza también a su perversión o su maldad) son objeto de culto. El erotismo del cuerpo femenino y la pasión arrebatadora que el poeta siente por él estará muy presente en muchos poemas de Las flores del mal.

CLASIFICACIÓN TEMÁTICA DE LA SELECCIÓN DE POEMAS DE LAS FLORES DEL MAL:

Los poemas que hemos seleccionado se van a corresponder a los siguientes grandes temas (sobre estos temas irán las preguntas de lectura):
-Temporalidad, destrucción y olvido. (El tiempo devorador de la realidad).
-Amor y muerte. (La vida se consume en un aburrimiento existencial que nos lleva a la muerte. Solo el amor, concebido a través del culto a la belleza y a la mujer, parece una vía de escape a esa muerte inevitable).
-La voz poética y sus máscaras. (La voz poética, es decir, la poesía se disfraza, se viste con diferentes máscaras: la Naturaleza, la belleza, la mujer, un gato...)
Protagonistas del poema. (Hay que fijarse quién es el protagonista del poema: un ave marina como el albatros, un gato, la mujer... Son símbolos que representan otras realidades como la poesía, la belleza, el mal, el tiempo, el olvido, el aburrimiento vital o spleen...). Protagonistas habituales de los poemas: Animales, Mujer, Marineros, Hérores rebeldes (Don Juan, monjes enfermos, fantasmas, ciegos, vampiros, Caín, Musas rebeldes...).
-El apóstrofe. (Es una llamada o interpelación al lector o al espíritu que debe captar la realidad que se oculta tras los poemas).
-Teoría de las correspondencias y sinestesia(Ambos temas los hemos analizado en los apartados anteriores. Estarán muy presentes en la mayoría de los poemas).
-La metáfora. (Las metáforas o imágenes que se refieren al abismo, a la mujer, a una época en decadencia... Están muy presentes en muchos poemas).

Tienes un modelo de redacción de estas preguntas en el siguiente enlace: Javlangar

POEMAS SOBRE LA POESÍA (LA VOZ POÉTICA Y SUS MÁSCARAS).

            II: “EL ALBATROS”
El protagonista de este poema es este pájaro marino, de tamaño mayor a la gaviota pero de características similares que vuela cercano a las costas del Índico y el Pacífico. Es un animal que encarna las características del héroe rebelde: libre, marginal (es perseguido para ser cazado) y torturado. Los que le persiguen son los viejos marineros a los que califica de “torpes, vergonzosos y apáticos” y que van en un “barco que navega por crueles abismos”. La metáfora es clara: los seres humanos (torpes, crueles, vagos...) que llevan una vida cruel,  miserable  y sin sentido (el barco que va por el abismo) son incapaces de apreciar la poesía, el arte que oculta la Belleza (así, con mayúsculas) y la persiguen pero sin conseguirla o para torturarla una vez conseguida. Por tanto el albatros el metáfora y máscara de la voz poética.

            X: “EL ENEMIGO”
El poema comienza hablando de la juventud como un sol brillante que acaba en la tormenta (muerte) y que intenta mantenerse aún en el huerto de la madurez como “escasa fruta madura que subsiste en el huerto”. Huerto, fruta, rayos y lluvias y brillante sol (nótese la antítesis de estos términos opuestos) son metáforas de las etapas de la vida del poeta.
En la segunda estrofa el poeta habla del otoño como metáfora de la madurez que le lleva a la vejez y a la muerte “con hoyos cual tumbas que cava el agua”.
En medio de este panorama se plantea: ¿Surgirán “flores nuevas”/ “en estas tierras yermas como la arena”? La alusión a “flores nuevas” es  nuevamente metáfora de la voz poética. Se plantea el poeta si, a pesar del dolor que le produce el paso del tiempo que le va consumiendo la vida, será capaz de descubrir la poesía, la voz poética que oculta la realidad y que le descubre la auténtica belleza y esencia de las cosas.
            En este poema el protagonista, “el enemigo” es, sin embargo, el Tiempo, que produce dolor y que va consumiendo la vida ya desde la juventud.

            XII: “LA VIDA ANTERIOR”
El poema comienza evocando la contemplación del atardecer en el mar contemplado desde un espacio natural majestuosos (cuevas naturales, quizá). Esta descripción nos provoca unas sensaciones: sol agradable del atardecer, amplitud. La sinestesia aparece ya desde un primer momento (alude a la vista con ese cuadro del atardecer) pero en especial en la segunda estrofa: colores del poniente que producen “honda música”.
En ese ambiente aparecen los protagonistas del poema: los esclavos “desnudos impregnados de perfume”. Estos esclavos con sus palmas refrescan la frente del poeta que es incapaz de descubrir el “doliente secreto causante de mi dicha”. Es decir, el poeta intenta descubrir la Belleza, la realidad que se oculta tras la contemplación de las cosas a través de los sentidos (metáfora “doliente secreto”)y cuyo descubrimiento le provocaría gran dicha. Sin embargo, es incapaz de encontrar ese simbolismo de la vida poética. La voz poética (la realidad Bella oculta tras la Naturaleza) es como un esclavo que le toca la frente con el objeto o tarea de “intensificar ese doliente secreto” que le causaría la dicha y que no consigue alcanzar.
Observad que en este poema, como en los anteriores, los protagonistas del poema (albatros, el tiempo enemigo o el esclavo) son metáforas y por tanto máscaras de la voz poética entendida como esa realidad simbólica (esa Belleza con mayúsculas) oculta tras los elementos que contempla en la Naturaleza.

            XVII: “LA BELLEZA”
Recoge aquí la misma idea aparecida anteriormente: la Belleza se identifica con la poesía. La voz poética se disfraza o enmascara de Belleza y toma la palabra para dirigirse (usando el apóstrofe) a los mortales. La poesía (la Belleza oculta) es un “ensueño de piedra” que tortura a todos los que intentan captarla oculta tras las realidades ya que está “eterna y muda” tras la “materia”.
La Belleza provoca a la vez llanto y risa (es bella pero es maligna porque causa dolor). Los poetas la buscan continuamente con “austeras cavilaciones” y ella los fascina con sus ojos “grandes ojos de brillo eterno” como si fuera una mujer fatal que los seduce pero a la que no pueden alcanzar (recordad el tema de la femme fatale habitual también en movimientos como el Decadentismo).

            XIV: “EL HOMBRE Y EL MAR”
Nuevamente predomina en este poema el apóstrofe: “¡Hombre libre...!/ El mar y tú”. El poeta le habla a un tú, al lector, al hombre libre que adora el mar como si fuera un espejo de su alma y las olas una metáfora de su vida continuamente en movimiento buscando una realidad que le salve del abismo del hastío existencial: “abismo igual de amargo es tu espíritu”.
A través de los sentidos (ojos, manos, ruido... alude a ellos en la segunda estrofa) intenta el hombre capturar la esencia de la vida, es decir, la poesía que se esconde tras la naturaleza: el mar, como la poesía, “ambos guardáis, celosos, vuestros secretos”. La voz poética que se esconde en la Naturaleza (en el mar, en este poema) no se puede capturar y el tiempo va pasando precipitando al hombre a la muerte y al caos. El hombre lucha en combate eterno con la poesía, con la esencia de las cosas: esta lucha la representa con la metáfora del combate entre el hombre y el mar “combatientes eternos, hermanos implacables”. (Recordad esta metáfora para cuando comentéis la novela El viejo y el mar).

            XXXIV: “EL GATO”
Una vez más el poema se abre con un apóstrofe al gato “hermoso gato mío”. La belleza del gato es descrita de modo muy similar a la belleza de una mujer: ojos profundos y uñas que se clavan, como su mirada. El gato se identifica, por tanto, con la mujer. Fijaos en la cantidad de sinestesias y alusiones a los sentidos que plagan el poema: el placer de acariciar el lomo de pelo eléctrico, el aire sutil, el “aroma peligroso”. El gato le recuerda a su mujer, una mujer fatal “honda, fría”, que “hiere”. El tacto del gato le produce la misma sensualidad del encuentro con su mujer que le produce dolor y placer a la vez.
Ambos, el gato y la mujer son metáforas y máscaras de la voz poética, de la poesía que encierra la Belleza y la esencia auténtica que se oculta tras la realidad.

            LI: “EL GATO”
El poema desarrolla la misma idea del poema anterior. El gato es la poesía, el espíritu oculto: “un mago, un dios...”. La sinestesia continua en todo este poema. El corazón del gato es como un violín (su maullido reproduce la música de su corazón que se filtra desde las “entrañas más oscuras” y que es como una “pócima que me alegra”). El misterioso y extraño gato es como un ángel que le hechiza y  le arrastra con su maullido a realidades misteriosas y oculta que le producen placer, éxtasis y que sus “peores males adormece”.


POEMAS DEDICADOS AL SPLEEN, LA MUERTE, EL FRACASO DEL AMOR, LA DESTRUCCIÓN Y EL TIEMPO.

Aunque algunos de estos temas ya habían aparecido en la selección de poemas anteriores, en ellos eran temas secundarios ligados al tema del simbolismo de la voz poética.

Destacamos en primer lugar los poemas dedicados al SPLEEN (POEMAS LXXV, LXXVI, LXXVII Y LXXVIII).

            Poema LXXV
Es un poema más urbano, presenta el paisaje de la ciudad fría, lluviosa, muerta, como un cementerio.
Aparece como protagonista el gato que es metáfora del alma del poeta y que es flaco, sarnoso, cansado (sólo busca la cama).
Se fija en el sonido de la campana del reloj de péndulo que tañe acatarrado y después en los olores de una anciana hidrópica, llena de bultos de pus, y en una pareja de amantes  que hablan “siniestramente de amores ocultos”.

Más allá de la historia o la anécdota que cuenta el poema lo que nos deja es una sensación negativa que queda “resonando” en nosotros los lectores como ese reloj que marca el paso del tiempo imparable hacia la muerte. Son todo imágenes de muerte y destrucción ya que la vida no es nada más que eso, “spleen” (abulia existencial).
            Poema LXXVI
La vida son un montón de recuerdos, como si hubiese vivido mil años.
El poema realiza una descripción de una cómoda con cajones repletos de cosas, un viejo tocador... (nos recuerda a la sensación de rutina, de vacío que producía la descripción realista de la habitación de Felicidad de “Un corazón sencillo” de Flaubert). De repente aparece una voz confusa que habla en el poema “Soy un cementerio”. Todas esas cosas son como descripciones de tumbas, de cementerios plagados de muerte y de gusanos. Las rosas están marchitas, el perfume se ha evaporado como de “frascos destapados”. Hasta el perfume ha perdido su aroma y los colores de los dibujos la intensidad.
La vida no tiene sentido, la existencia es un “tedio” que mata la curiosidad por descubrir otras realidades que nos liberen de la muerte y (“proporciones de inmortalidad”). Las cosas no son ya más que eso: realidades muertas, piedras adormecidas que no nos conducen más que a la nada.

            Poema LXXVII
Habla en primera persona. Cuenta la historia de un rey de un país triste y lluvioso que, a pesar de ser joven, se siente como un viejo y se aburre. Es un cadáver viviente “de quien mana agua verde del río Leteo (río mitológico de la muerte y el olvido) en lugar de sangre”. Es una historia metafórica, casi una alegoría de su existencia vacía y muerta.

            Poema LXXVIII
Asalta desde los primeros versos la noche, la oscuridad, la tristeza, la muerte. Es un poema lleno de metáforas: la esperanza es un murciélago (ciego, que choca con techos mohosos). La vida del hombre es como una cárcel y en su mente no hay más que vacío (sólo hay la telas de araña). Tañen las campanas que suenan como cuando hay un difunto. La Esperanza llora y sólo queda en la vida “la atroz Angustia” que nos precipita a la muerte (“el cráneo sumiso que hinca su negro estandarte”). Poema de rotundo pesimismo lleno de imágenes que aluden al dolor, al abismo y a la muerte.

LXXX: “LA LLAMADA DE LA NADA” (también traducido como “El gusto de la nada”).
            Este poema se abre con un apóstrofe (se dirige a un tú), en este caso al espíritu combativo, que lucha pero que se encuentra abatido, derrotado. Utiliza la metáfora del caballo viejo (el caballo es símbolo de la potencia, de la fuerza pero ya cansado por los años). El protagonista es ese caballo vencido, agotado y “hastiado” de la vida (hastío vital). Ya no hay primavera, ni perfumes, ni música, los sentidos están adormecidos. No hay salvación posible para esta vida que se precipita hacia la muerte “devorada sin cesar por el Tiempo”.

LXV: “TRISTEZAS DE LA LUNA”.

Aparece el tema romántico de la luna, la noche asociado a la mujer y a la entrega a los placeres del amor. Poema sensual lleno de elementos sensoriales (lomo, senos, caricias...). La protagonista es la mujer sensual y su belleza que le permite al poeta, en esos momentos de éxtasis amoroso trascender a la realidad aburrida (“ociosa”) y sin sentido. El poeta es el que capta la esencia del momento, se aleja del ocio, de la vagancia, del “spleen” y trasciende la realidad buscando más allá de la noche, del aburrimiento vital, los “reflejos del sol” (la luz, la salvación al aburrimiento vital que le produce la contemplación de las realidades ocultas, de la Belleza que hay tras las cosas y que la poesía y el poeta intentan captar).
CXXI: “LA MUERTE DE LOS AMANTES”.

El amor aparece como una posibilidad de trascender la vida y de superar el vacío existencial. El amor es una flor extraña que se abre bajo un cielo más puro: la cama, el lecho de los amantes es de un olor suave que aleja el olor a tumba del “diván de la vida” (del asiento desde el que el hombre se sienta cansado a contemplar cómo se pasa la vida).
Los corazones ardientes de los amantes son “espejos gemelos” que reflejan la luz del sol, el atardecer “de color rosa y azul místico” que se abre paso (“entreabrir de puertas”) en medio del llanto, de espejos turbios y “llamas muertas”. La vida muerta y vacía de los hombres parece salvarse o remediarse gracias al amor que es como un Ángel redentor. El título puede parecer de entrada un tanto ambiguo: “muerte de los amantes”, ya que habla precisamente de la salvación a través del amor y no de su muerte, pero metafóricamente “morir” alude desde la tradición poética más antigua a la consumación del amor (“morir de amor” es entregarse plenamente al otro, al amante).

II: “EL RÍO LETEO”
Ya había aparecido antes asociado a la idea del spleen. Es el río mitológico de la muerte y el olvido. El poema es un apóstrofe al alma, que se dibuja como un monstruo: “alma cruel y sorda,/monstruo de aspecto indolente”.
Los olores que nota el alma son olores a muerto. El poeta no quiere más que olvidarse se su absurda y vacía existencia, olvidar. Ha intentado olvidarse del hastío vital a través del amor, a través de los “besos por tu cuerpo hermoso” pero tampoco lo ha conseguido. El amor ha fracasado como salvación y ya sólo le queda la muerte (“beber cicuta”, veneno, “en tu fina y encantadora garganta”).

CIX: “LA DESTRUCCIÓN”
Presenta este poema el tema del Demonio y del satanismo. El deseo eterno de alcanzar realidades ocultas que le sirvan para trascender de la realidad vacía, aburrida y sin sentido, le lleva a buscar el Arte, la poesía, la Belleza. Y el Arte, la Belleza y la Poesía “adopta a veces la forma de la mujer más seductora”. La mujer es tentadora, es una de las formas que adopta el Demonio, seduce al poeta, le engaña pensando que le va a conducir a la Belleza, a Dios pero, por el contrario, lo hunde en “las llanuras hondas y desiertas del Hastío”. Entonces, concluye el poema, no queda nada más que sangre, dolor y destrucción (la nada).

I: “EPÍGRAFE PARA UN LIBRO CONDENADO”



Es el poema que encierra toda la temática de destrucción, rebelión contra la existencia sin sentido y contra el abismo que hemos visto en los poemas anteriores. Se dirige al lector ingenuo que ha leído su libro de poemas Las flores del mal buscando placer de manera apacible. Lo que el poeta ha intentado transmitir es todo lo contrario es la nada, el dolor, la imposibilidad de trascender la realidad y de alcanzar la esencia oculta de la realidad y la Belleza. Por eso el lector debe buscar el mal, a Satán, el abismo, porque también en ellos puede haber belleza. También el alma que sufre en lo negativo puede encontrar su paraíso. Se dirige a nosotros como lectores: si somos capaces de comprender lo bello también en lo maligno (“las flores del mal”) entonces debemos leer el libro; de lo contrario nos increpa (“¡tíralo!”) y nos pide compasión pero, si no sabemos comprenderlo, tampoco le importa. El poeta rebelde hasta el fin nos maldice si no sabemos comprenderle. (Recordad como anécdota que Baudelaire, que fue considerado el principal poeta del grupo de los malditos, acabó sus días en un sanatorio mental y cuando murió mandaron a un exorcista para “limpiar” su habitación).